Emocional, intimista y con un toque barroco

Entrevista completa

Marina Cano

¿Cuándo empezaste con la fotografía? ¿Cómo desarrollaste esta pasión? 

Empecé a hacer fotografías cuando tenía 17 años y empecé porque mi padre era un fotógrafo aficionado y yo solía coger su cámara en la época de la fotografía analógica. Mi primera cámara fue la de mi padre, era una “Yashica” que principalmente fotografíaba en blanco y negro, solíamos revelar las fotos en casa, montamos un estudio de revelado. Desarrollé mi pasión por la fotografía a través de una atracción máxima por la creatividad, siempre me he sentido muy atraída por cualquier expresión artística tanto la fotografía como cualquier otro arte.  

 

 ¿Por qué te decidiste por la fotografía de naturaleza y no otra disciplina fotográfica?  

Me centré en el mundo de la fotografía de naturaleza porque al lado de mi casa a unos quince minutos está el parque de fauna más grande de Europa (Cabárceno, Cantabria). Comencé a ir allí porque yo hacía fotografía de paisaje fundamentalmente, autorretrato, fotografía de calle, bodegones…un montón de otras disciplinas puesto que tenía curiosidad por cualquier tipo de fotografía. Pero  terminé centrándome en la naturaleza precisamente por la facilidad de acceso a un mundo tan fascinante como es el de los animales y porque además en ese parque de naturaleza (Cabárceno) me enamoro de esos animales. A partir de ahí empieza ese romance que dura hasta hoy.  

 

Marina Cano

¿Qué es lo que más disfrutas de tu profesión/trabajo?  

Lo que más disfruto de mi profesión es todo. Realmente hay un dicho que expresa muy bien el sentimiento que tengo sobre mi profesión y es que si amas lo que haces no tendrás que trabajar un solo día más de tu vida. Así es como vivo la fotografía, desde el momento de la concepción, del pensar donde elaborar un viaje fotográfico, un destino safari, hasta el momento final que puede ser muy variado, tanto el procesar las imágenes, publicarlas, imprimirlas…Cualquier destino final de las fotografías, desde el comienzo hasta ese destino último es realmente una absoluta delicia, así que lo disfruto todo! 

 ¿Cómo definirías tu estilo fotográfico en tres palabras?  

Emocional, intimista, y con un toque barroco.  

 ¿Qué buscas conseguir con tus fotografías? 

Con mi trabajo busco conectar con el mayor número de personas, a nivel emocional para no solo quedarnos en la estética y belleza tanto del entorno como de los animales sino que esa misma estética y belleza consigan despertar sentimientos de empatía y que ese mayor número de personas posible tenga conciencia y también busque como yo no sólo conectar con los animales sino querer cuidarlos y protegerlos. 

  ¿Qué cualidades consideras que debe tener un buen fotógrafo/a?  

En primer lugar que ame lo que haga, que tenga una pasión grande por lo que hace porque este trabajo es muy bonito pero no es sencillo. Hay que ser perseverante, la pasión te va a mover a seguir hacia adelante con los obstáculos que te vayas encontrando. Por otro lado también es importante desarrollar un estilo propio, sentirte conectado y definido con el trabajo que haces y que va a estar asociado a tu propia personalidad. Pero desarrollar ese sentido estético propio se va elaborando a través de un montón de fuentes, tienes que ser muy curioso, mostrar interés por un montón de artes, distintas disciplinas fotográficas pero también artísticas, no sólo la fotografía sino la pintura, la música, la arquitectura, la danza…Hay mil fuentes que nos pueden servir de inspiración para nutrir esa estética propia. Pasión, estilo propio, perseverancia y por supuesto talento yo diría que son las claves.

Jose Miguel Gimeno

¿Quién o quiénes son tus mayores fotógrafos referentes? 

Especialmente cuando comencé en el mundo de la fotografía fueron Nick Brandt y Gregory Colbert. Ambos tienen un trabajo muy especial, diferente, intimista, que conecta mucho con las emociones y por tanto conecta mucho conmigo. Han sido y siguen siendo dos grandes referentes no sólo en mi trabajo sino en el mundo de la fotografía.  

 

¿Consideras que un buen equipo fotográfico es determinante para que una fotografía sea buena? 

Considero que una buena fotografía la crea el autor pero a partir de ahí un buen equipo siempre es una ayuda muy grande para conseguir los resultados que deseas. Un buen equipo por sí solo no va a conseguir buenas fotografías, puede conseguir una pero no un portfolio, no el trabajo de un fotógrafo. En cambio un buen fotógrafo con un mal equipo o un equipo escaso si puede conseguir muy buenas fotografías.  

 

¿Qué consejo le darías a los lectores que estén interesados en la fotografía? 

El consejo que le daría es el que a mi me hubiese gustado escuchar cuando yo empecé en la fotografía y es: cree en mismo/a, no dejes que  diga lo que tienes o no tienes que hacer. Sigue tus propios instintos y cree en lo que haces 

 

¿Cuál es la función de la Fundación ASISA? 

Asisa se dedica a apoyar el mundo de la fotografía y a los fotógrafos organizando un concurso internacional con unos premios extraordinarios bastante fuera de lo común. Nace un poco precisamente porque parte de los organizadores están realmente interesados en la fotografía y buscan continuar con esa pasión y continuar premiando y apoyando a los fotógrafos de todo el mundo que sean apasionados y también premiando su esfuerzo.  

 

¿Crees que nunca es tarde para empezar algo que te apasiona? 

¡Por supuesto! Al final en la vida generalmente nos dicen las cosas que hay que hacer en el momento que está bien hacerlas y nos encasillan en muchos aspectos de la vida. Yo creo que tenemos que rebelarnos completamente a eso, es decir, hacer lo que nos pide el cuerpo. Siempre hay que seguir adelante y hacer lo que realmente quieres hacer, poner todo tu empeño, tu esfuerzo, tus ganas, tus recursos e ir a por ello. 

 

Haces cursos fotográficos muy a menudo, ¿qué es lo que puede aprender y sentir la gente que los haga? 

Hago cursos de fotografía en Cabárceno. Allí quienes asisten a mis cursos en dos días y medio pueden aprender principalmente dos cosas: una parte breve más técnica de cómo fotografiar naturaleza (los mejores settings para colocar en la cámara) y la parte más importante que busca cómo obtener esas emociones, cómo conseguir esas fotografías que son tan especiales que se alejan de los documentos y tienen alma.  Además de aprender esa técnica y esta otra parte más emocional, lo que me dice la mayor parte de la gente es que han encontrado inspiración y se vuelven con unas ganas enormes de coger la cámara, de hacer fotos, de volver al parque, hacer más cursos conmigo, incluso de venir conmigo a África de safari! Es una recarga de energía máxima que yo creo que a la mayoría de la gente le llega de una forma brutal.

Ana Castro

Eres toda una inspiración para mujeres de todo el mundo, ¿Qué les dirías cuando la vida les pone las cosas más difíciles? 

Mi consejo como ya he mencionado en anteriores preguntas es creer, en este caso, en ti misma. Al final esa creencia te iguala a todo el resto del mundo, es decir, en mi caso cuando hago las cosas en general yo no me veo a mi misma como una mujer sino como una persona que es capaz de poder intentar hacer las cosas, las que sean, en el mundo de la fotografía o en cualquier otro ámbito. Me miro a mi misma como una persona con unas determinadas destrezas y no veo barreras en absoluto, las barreras las tenemos nosotros, yo no me pongo barreras o intento no ponerme barreras. Creo que es una cuestión de aprendizaje y ahí reside parte de la fuerza y parte de lo que nos va a llevar a conseguir lo que nos propongamos. 

A lo largo de tus viajes y talleres has conocido a mucha gente, ¿Qué te quedas de ellos? 

Efectivamente a lo largo de muchos cursos y de muchos viajes impartiendo workshops por todo el mundo me quedo con muchas cosas: las ganas de la gente por aprender, la curiosidad que tienen personas de todas las edades… 

 

¿Qué intentas conseguir desde la fotografía con el concepto «mindfulness»? 

La fotografía es “fototerapia”, la gente que va con un problema o preocupación, incluso con un dolor físico, cuando están en un curso fotográfico o un safari, en ese momento se olvidan absolutamente de todos los problemas. Es una inmersión máxima en donde estás, ahí es donde viene el concepto de “mindfulness”, estás absolutamente presente y viviendo lo que está pasando ahí. 

 

¿Esperas que pase algo nuevo de aquí a diez años? 

La respuesta es ¡rotundamente sí! Espero y deseo que haya cambios, que haya mejoras tanto en el mundo de la fotografía, la parte técnica, la tecnología, las novedades… cómo serán las cámaras, cómo será la forma de comunicar, cómo serán las redes sociales… Desde luego yo tengo las expectativas altas en todo ello y espero que sí, que sucedan cosas asombrosas. 

 

¿Tienes algún objetivo o desafío en mente?

Estoy con ellos, mi fotografía fuera de los cursos de Cabárceno se desarrolla principalmente en África, cualquier país de África, desde Kenia, Namibia, Sudáfrica, Botswana…Pero ahora mismo estoy abriendo un poco el campo hacia Sudamérica, he comenzado a fotografiar pumas en la Patagonia chilena y quiero conectar todavía más íntimamente fotografía y conservación. Estoy en un proyecto muy interesante con una fundación chilena que se llama Fundación Cerro Guido. La idea es conectar el mundo de la fauna salvaje y el entorno, como puede ser los pumas, guanaco, la fauna ibérica y la convivencia con las actividades humanas en este caso la ganadería, la explotación de las tierras, etc. Poder hacer una convivencia fluida y donde ambas partes vivan sin conflicto, es lo que persigue esta fundación.

Jose Miguel Gimeno

En tu página web explicas que tienes 25 años de experiencia en la fotografía, ¿puedes contarnos si desde pequeña querías dedicarte a este mundo o fue algo que surgió más adelante? 

Lo que yo tenía claro desde pequeña era que me atraía mucho el mundo de la creatividad, el mundo del arte. Me gustaba escribir, me gustaba dibujar o crear collages. Después, el mundo de la música y, finalmente, el mundo de la fotografía. Es decir, todo mi ser confluye hacia la expresión artística en cualquier faceta. Sin embargo, la fotografía, de forma profesional, llega cuando ya soy adulta. En ningún momento pensé que estaría donde estoy a día de hoy, si a mí hace 15 años me dices que me voy a dedicar a la fotografía de naturaleza: viajando por el mundo, dando charlas, etc., me hubiera sorprendido muchísimo de forma muy agradable. 

 

Te adentraste en la fotografía de naturaleza y llevas dedicándote a ella desde hace 20 años, ¿hubo algún acontecimiento o presenciaste algún curso sobre este ámbito que te hiciese darte cuenta de que querías centrarte en ella? 

Hubo un acontecimiento en mi vida que, sí que es cierto que, sin pensarlo ni prepararlo ni ser premeditado, me llevó al mundo de la fotografía: mi divorcio. Suena mal, pero a pesar de que yo hacía fotografía con mi exmarido, sí que es verdad que al encontrarme de nuevo el camino entero disponible para mí, me centré mucho en la fotografía de naturaleza. Esa evolución en estos 20 años ha sido gracias a salir del mundo en el que yo estaba anteriormente y, al iniciar una vida sola, me llevó a lo que digo en uno de mis libros: “Abrazar la fotografía como una nueva religión”. 

 

Según el resultado que busque el fotógrafo, la técnica que se usa a la hora de capturar una imagen es muy distinta entre unas fotos y otras. ¿Podrías explicarnos un poco sobre la que usas tú? 

Yo creo que no es el resultado de una técnica en particular, sino que cada imagen tiene unas condiciones muy específicas de luz, de composición, de momento… en las que tú puedes interferir en ese resultado. Puedes variar, por ejemplo, el ángulo de luz, según tú estés situado respecto al sujeto; el ángulo sobre el que vas a fotografiar, dependiendo de lo que hay en el fondo, o delante; los parámetros que uses a la hora de fotografiar; si vas a hacer barrido, ahí vamos a tener que trabajar con unas velocidades diferentes; si solamente quieres el sujeto enfocado y haya otros sujetos etc. Es decir, todo depende de cuál sea cada situación y ahí tienes que escoger, rápidamente, el resultado aproximado que quieres. Si estás planeando una fotografía de forma exhaustiva, entonces sí que sabes con antelación lo que buscas y sabrás los parámetros que necesitas. Sin embargo, en fotografía de naturaleza la luz es el 60% de la imagen, por tanto, si utilizas fuentes de luz naturales, como es mi caso, pues eso te va a condicionar absolutamente el resultado final. 

 

¿Cómo surgió tu pasión por África? 

Mi pasión por África surgió precisamente en Cabárceno, fotografiando esos animales que viven en régimen de semilibertad. En Cabárceno quería conocer, exactamente, cuál era el lugar donde ellos viven, cuál es su origen. A partir de ahí nació el deseo de querer visitar el continente africano, tras varios años de espera. Ahí ya estás perdido: África te atrapa. Comienzas a sufrir ese “mal de África” y lo único que quieres es volver a vivir esas experiencias tan intensas que ofrece a todos los viajeros. 

Jose Miguel Gimeno

Profundizando en este tema: la técnica que empleas, ¿te la enseñaron o recomendaron o la fuiste descubriendo según hacías más y más fotos? 

Yo creo que al final la técnica es un compendio de aprendizaje propio, aprendizaje a través de otras fotografías, de otras personas que te dicen “mira esto lo he hecho así”, observando y analizando las fotografías de otros grandes fotógrafos, yendo a fotografiar con colegas, viendo a los propios asistentes a mis cursos, viendo la forma en la que piensan, etc. Todo eso lo haces tuyo y es una constante evolución y un constante aprendizaje. 

 

Has publicado 4 libros: Cabárceno, Drama e Intimidad, Inspiración + Naturaleza y, el más reciente, Alma Salvaje. En ellos, nos muestras miles de fotografías fascinantes y exóticas, tanto de la vida acuática como de la terrestre. ¿Podrías contarnos si, a la hora de capturar las imágenes, esperabas para tomar la fotografía porque tenías un plan en mente o fotografiabas sobre la marcha dejando que el resultado te sorprendiera? 

La mayor parte de las veces mi fotografía no está planeada ni buscada, excepto casos muy concretos. Yo creo que me muevo muy bien en la improvisación, desde siempre. Mi fotografía no es que sea resultado de la improvisación, pero no es una fotografía calculada. Precisamente, al ser una fotografía emocional, yo me muevo por lo que la naturaleza me ofrece en cada momento: las condiciones climáticas, la luz o el comportamiento animal. Está muy bien conocerlo para poder prever ciertas situaciones, pero muchas veces tienes que tener las herramientas suficientes para actuar de forma rápida según las escenas se van sucediendo. Yo creo que la improvisación, que en un principio puede parecer un término peyorativo, para mí la improvisación y ser capaz de desenvolverte en ella, me parece algo muy positivo. 

 

Profundizando más en esta pregunta, ¿crees que los fotógrafos son más planificados o espontáneos? 

Yo creo que la mayor parte, o una buena parte, de los fotógrafos tienen un trabajo más documental, entendiendo por documental un trabajo más frío y menos emocional. Con lo cual, estos para mí son los fotógrafos que planifican, que buscan tenerlo todo bajo control, al más mínimo detalle y la técnica perfecta e impoluta, y se olvidan de la parte más importante que es la emoción. El dejarse llevar por la improvisación, no al 100%, pero ser capaz de manejarse en ella,yo creo que es algo importante y puede dar muy buenos resultados, si sabes cómo. 

 

Dos de tus obras, Cabárceno y Drama & Intimidad, ya se han agotado. ¿Cómo te sientes al ver que tu esfuerzo y trabajo están siendo tan valorados y bien recibidos por el mundo? 

Que el trabajo en el que pones tanta pasión, esfuerzo y dedicación sea valorado por otras personas es una satisfacción enorme. Por supuesto, yo creo que todos buscamos ese reconocimiento, al final, al esfuerzo. Buscas que esa forma de comunicación y de expresión, que es la fotografía, realmente llegue ese mensaje que tú quieres comunicar. Que sientas que hay un feedback, en este caso, por ejemplo, la venta de libros, en donde sabes que la gente aprecia lo que haces y que está en la misma sintonía con tu trabajo que tú, y eso. realmente, es muy satisfactorio.

Jose Miguel Gimeno

¿Tienes en mente algún curso o libro que te gustaría llevar a cabo? 

Tengo en mente 2 proyectos que me gustaría efectivamente llevar a cabo. Uno de ellos sería un nuevo libro centrado mucho más en conservación que en fotografía en sí misma, entendiendo la fotografía como una parte técnica, o incluso artística. Me gustaría trascender un poco esto e ir un paso más cerca de la conservación porque creo que es algo urgente. 

Un segundo proyecto es abrir nuevos horizontes de fotografía en otros continentes, como es en Sudamérica, y la Patagonia, tanto la chilena como la argentina me parecen lugares para explorar y para trabajar en ellos y, efectivamente, estoy poniendo mis esfuerzos en realizar safaris fotográficos allí. 

 

No solo te dedicas a retratar, también enseñas a futuros fotógrafos a hacerlo. Es evidente que este es un paso muy grande en la vida de cualquiera que busca transmitir sus conocimientos. ¿Recuerdas cómo fue tu primer curso y si estabas nerviosa? 

Recuerdo con meridiana claridad el primer curso que hice, que fue un curso individual a un chico de Cantabria. No estaba nerviosa porque yo vengo del mundo de la docencia y, por tanto, para mí enseñar es algo, no solo que me gusta, sino que me resulta natural, no me resulta una complicación. Sí que recuerdo cuando di mis primeras charlas, la primera fue en el extranjero, en Finlandia, y en inglés, que entonces, bueno, mi inglés era más justito que ahora. Ahí recuerdo que estaba nerviosa porque, además, el público de Finlandia no es precisamente el más cálido ni el que te da mayor acogida. Pues fue una prueba de fuego bastante interesante y ahora con la experiencia también sabes cómo manejarte todas esas cosas muchísimo mejor. 

 

Después de las miles de imágenes que has realizado, ¿tienes alguna favorita por cómo quedó o por la historia que hay detrás de ella? 

Esta es una pregunta siempre muy difícil de contestar porque hay bastantes fotos favoritas y bastantes historias detrás de un montón de ellas pero, escogiendo una, ahora mismo me quedo con un retrato de un león de una manada, el líder de su manada en Masai Mara, Kenia. El nombre del león, en español, significa “el guapo” y tuvimos la suerte de poder hacer esta imagen muy cerquita. La hice con mi objetivo 600mm, es decir, que llenaba toda su cara en el encuadre y capté ese momento en el que cruzó su mirada con la mía y se produce una especie de magia, de conexión, en esa mirada inteligente, en la belleza de ese león con heridas de guerra. Bueno pues, finalmente esa fotografía preside una zona de mi salón, del salón de mi casa. Una foto de dos metros y medio por metro y pico. Prácticamente va de suelo a techo y es imponente y esa es la zona donde yo tengo mi escritorio y es un poco selva. Es un león increíble, increíble. 

 

Tu foto “Kilimanjaro de fondo”, fue portada en el National Geographic en 2015. Cuando la hiciste, ¿esperabas que tuviera semejante repercusión en el mundo de la fotografía como para ser la cubierta de una revista tan importante? 

Esta fotografía del elefante y el Kilimanjaro la hice en mi primer viaje a África, hace unos 12 o 14 años, y mi primer viaje a Kenia. Está hecha en el parque nacional de Amboseli, que es donde está ese maravilloso telón de fondo que es el Kilimanjaro, que aunque pertenece a Tanzania, la vista desde este parque es impresionante. En el momento de hacer esa foto fue un preciosísimo amanecer, la noche anterior había habido una tormenta de nieve espectacular sobre la montaña y, al día siguiente, tenemos una nevada enorme recién caída. A la hora del amanecer nos adentramos en una zona de acacias y, justo en ese momento, colapsaron los primeros rayos de sol del amanecer, apareció un elefante. En ese precioso escenario de acacias, del Kilimanjaro, los tres símbolos africanos, yo creo, más épicos, los tenía frente a mí. 

Por supuesto, al hacer la fotografía, no tenía ni idea de que eso se convertiría en la portada del National Geographic unos meses más tarde. Yo creo que es, precisamente, porque aúna esos tres elementos, o esos tres símbolos, del África más primigenia. Así obtuve esa imagen tan emblemática. National Geographic contactó conmigo para un reportaje sobre los grandes parques nacionales en Kenia y ahí es donde escogen esta fotografía de portada.